Hemos llegado a un punto hoy en día en el que la cuestión ya es quejarse por vicio haya base científicamente contrastada para ello o no. Y está bien que uno ponga el grito en el cielo si por ventura se va a cagar al campo y se caga fuera, o si da la casualidad de que intenta poner en marcha su acelerador de partículas casero y estas no colisionan como es debido porque la noche anterior se habían ido de putas y, con la resaca, no atinan a realizar su cometido de un modo aceptable.
Pero hay personas que se quejan mas por inercia que por otra cosa y este es el caso del protagonista de la siguiente noticia que dice así: “Un sacerdote ortodoxo dice que las mujeres rusas se visten como para hacer un strip-tease y se maquillan como payasos”.
O sea, que las rusas (con lo buenas que están)… ¿hacen mal vistiéndose como stripers y pintándose la cara como una puerta? Y si se puede saber… ¿dónde está la problemática? Porque mucho me temo que estas inocentes y tiernas criaturitas van a estar señaladas en su pueblo por el sacristán de turno hagan lo que hagan; si visten como stripers, malo… si actúan como tales y se quitan la ropa, peor… ¿entonces que es lo que sugiere este sacerdote? ¿qué se pongan un mantón de Manila (que tapa mucho) y se vayan a la plaza roja de Moscú a bailar un chotis?
¿Y que pasa con la pintura? ¿Es que alguno de los aquí presentes puede afirmar sin riesgo a caer en la mentira o la imprecisión que alguna vez no se le ha ido la mano al pintarse la raya del ojete? Señores… ¡no seamos tan puristas!, cuanto mas pintada vaya una chavala muchísimo mejor, porque como dijo recientemente nuestro profeta Mahoma en declaraciones a Penthouse, y cito textualmente: “Donde hay Titanlux… ¡hay alegría!”
Me avergüenzo de profesar el mismo credo ortodoxo que este impresentable sacerdote (nótese que yo me apunto al carro de las confesiones en función del número de feligresas que van ligeritas de ropa, por eso si algún día me caso, Dios no lo quiera, lo haré como Lauren Postigo, por el rito zulú… ¡que es con las tetas al aire!), y digo que me avergüenzo porque este cura párroco ortodoxo que tanto se queja de que las mozas vayan algo descocadas, seguro que luego en el taquillón de entrada de su casa y en su mesilla de noche tiene revistas de diáconos ligeritos de ropa y de monjas en posiciones que superan con creces todos los niveles aceptables de lubricidad.
¿Que las rusas quieren ir a la iglesia como fulanas? ¡Pues que Dios las bendiga! ¿Que las gusta pintarse con la escopeta de maquillar de Homer Simpson? ¡Pues alabado sea Buda! ¿Que una vez que están en el templo ataviadas con ligueros y fina ropa interior tienen a bien hacerle un alivio manual a modo de zombombeo al muchacho que tienen a su lado en el banco de la iglesia para, de ese modo, darse la paz como dios Danda? ¡Pues bienvenido sea!
Y es que digo yo… ¿Acaso no hay mejor manifestación de fe cristiana que ir con poca ropa a misa haciendo gala de voto de pobreza como los monjes franciscanos?
Sacerdotes ortodoxos, dejad de quejaros por tonterías y predicad el amor libre, porque todo lo que sea no hacer eso supone que al final os pasa lo que os pasa… ¡que se os ve el plumero!